Material:
- Tinte azul madera
- Lija
- Reparador de madera
- Pintura blanca "ibicenca" para madera
- Barniz
Bueno, llegó el momento de continuar con la segunda parte
de la entrada en que os explicábamos cómo hacer el archivador
vintage…. ¿¿¿Empezamos???
¡Muy bien! a por el
Primer paso: la mesita
Sé que puede sonar a chorrada, pero lo primero que siempre
tenemos que hacer por muy tonto que suene es mirar la mesita, no con el fin de
hacerle un poema bucólico sino más bien con la idea de ver bien qué tenemos delante y dónde
queremos llegar con ella. En este caso queremos llegar a convertirla en una
mesita adaptada a un estilo en particular y a la vez conseguir que vaya a
juego con el archivador de la entrada anterior del blog.
La madera, hagamos el trabajo que hagamos, no
es al tacto como el metal o el plástico, es un material que al contacto con la
mano siempre hay más trabajo artesanal, lo tenemos que sentir más como material
noble que es.
Ya hemos elegido una mesita que no tiene un final de madera trabajada, sino una capa de laca (melanina) que sustituye a lo que antiguamente se labraba y trabajaba a mano. También tiene varios poros o golpes (los años) que también repararemos.
Cogemos la lija de grano fino primero y hacemos una pasada,
comprobamos que se ha quedado más guarreada que otra cosa y además se astilla por lo que después pasamos a lija de grano más gordo, 8-10. Pasamos la lija por toda la mesita para hacerla
porosa y una vez que la tenemos aplicamos reparador de madera (en el caso de que lo requiera) en los agujeros o golpes antes comentados.
Una vez secado el reparador volvemos a lijar con grano fino
para pulir los bordes del reparador aplicado y convertirlo íntegro con la mesita.
Paso dos: teñir y pintar
Este paso es muy sencillo, cogemos el tinte azul y lo
aplicamos por toda la mesita, en este caso como la mesita de base es de madera
oscura le damos varias manos porque lo que queremos conseguir es un afecto
azulado grisáceo como las tapas del archivador. (Si la madera de la mesita
fuese de madera clara, cogeríamos un tono de tinte más grisáceo).
No os preocupéis en buscar tintes de madera o pagar mucho, se
puede teñir madera directamente con los tintes de pintura, sí, con esos botecitos
que indican que pongas sólo unas gotas para teñir la pintura blanca y siempre
terminamos echando un chorreón sin conseguir el tono deseado).
Una vez secada la mesita, procedemos a darle una mano de pintura
blanca para envejecer (este tipo de pintura la podemos encontrar en cualquier
gran superficie, es una pintura especial para dejar ver la beta o la tintada de
debajo que es la que nos interesa porque es la propia de la madera) en este
caso yo encontré una que se llevaba efecto ibicenco “no sé muy bien porque….”
Le damos una mano de esta pintura y esperamos al secado
completo, comprobamos si es el efecto deseado. Si no queremos que se vea mucho la tintada de debajo se le da tantas manos como se quiera… pero con un par
normalmente basta.
Tercer paso; forrar y barnizar
En el cajón de la mesita hemos hecho el
mismo procedimiento que anteriormente con el resto de la mesita. Pero ¿y la parte de
dentro? En la entrada del archivador os comentamos que os guardarais los
restos sobrantes del forrado del archivador ¡Ahora sabéis para que! Pues sí, para poder forrar el cajón y así lo trasformamos para que haga conjunto con el archivador.
Para forrar el cajón en este caso hemos cogido retal para
cubrir los frontales anteriores, la base y el frontal anterior interno, y hemos recortado dos
piezas para los laterales internos. Una
vez recortadas las piezas de papel de empapelar, cogemos cola de empapelar: el
culo del bote que nos quedaba del archivador lo aplicamos al cajón y colocamos los trozos recortados. Empezamos con el grande y posteriormente aplicamos los
laterales internos para que sea más fácil si tenemos que rectificar cualquier errata durante la aplicación del papel. Terminado este proceso, dejando las horas
correspondientes de secado, podemos aplicar barniz o látex para que el papel se conserve en el tiempo. En este caso, como el papel en cuestión ya es algo plastificado y
lavable, hemos preferido dejarlo con su propio aspecto.
Cuarto paso: barniz
Después de la currada que os habéis metido toca disfrutar dándole una mano de barniz y listo. ¡Felicidades! Ya tenéis vuestra
preciosa mesita vintage
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